octubre 12, 2015

¿Qué hacer si nos sucede algo grave en nuestra vida?



Como vimos en la anterior entrada Condiciones que precipitan la enfermedad, el primer criterio de la Ley Férrea del cáncer, que se cumple según el Dr. Ryke Geerd Hamer igualmente en cualquier enfermedad similar en gravedad al cáncer, indica que una persona debe haber experimentado un suceso muy serio, grave, en su vida, este puede ser estar a punto de morir ellos mismos o alguien muy importante, la pérdida de alguien o algo muy querido, una noticia devastadora, ser traicionado, entre otros. 

La gravedad del suceso no depende de éste en sí mismo, sino de la manera como la persona lo vivencia. Dos personas pueden estar dentro de un mismo tren que sufre un accidente, una de ellas puede vivenciar este suceso con un terrible miedo a la muerte, mientras que otro lo puede experimentar con temor a dejar sus hijos sin sustento, incluso alguien lo puede experimentar como una segunda oportunidad. Cada ser humano es un mundo y cada vivencia es absolutamente subjetiva. 

Uno tiene que saber todo esto para descubrir lo que pensaba el paciente en el momento del SDH (Síndrome de Dirk Hamer), porque es en ese instante cuando se establece el sendero por el que cursará la enfermedad. Este sendero pinta un cuadro muy significativo, puesto que todos los contratiempos y problemas remanentes dependen de este evento singular, único. Hamer 

Es por ello que lo menos conveniente es querer negar lo que sucede, efectivamente no es lo que esperamos ni deseamos pero en definitiva es lo que tenemos enfrente. Cuando dejamos de luchar con la evidencia y entramos en estado de aceptación desactivamos el primer criterio; ahora ¿cómo aceptar? 

Aceptar es rendirnos a la vida, entregarnos al proceso de estar en este lugar, en este momento y en esta circunstancia incluido todo lo que trae. Mis expectativas me hacen sufrir, mis apegos me causan dolor, mi necesidad de control me lastima. Aceptar es soltar para entregar a la vida lo que viene con todo su potencial. 

¿Y cuándo es otra persona la que experimenta algo grave? Si un amigo (familiar, hijo, compañero) le llama para contarle una mala noticia que acaba de recibir, un diagnóstico o para compartirle algo doloroso que le acaba de suceder…. nunca, nunca, nunca le diga que no es grave, que no es importante, que no pasa nada, porque está dando lugar al tercer criterio ya que esa persona vivirá esa experiencia en aislamiento, sin la empatía de aquel a quien buscó para compartirla o aquel que está allí con él. 

Entonces ¿qué puedo hacer?  
Sea empático. Lo mejor que puede hacer es acompañarlo, estar a su lado preguntarle que necesita, decirle que aunque no sabe lo que siente o no lo puede imaginar se alegra que se lo pueda compartir y agradecerle que le permita acompañarlo en ese momento.  

Y un punto adicional, reconociendo la gravedad e importancia del hecho ayude a su amigo a reír. Si en un momento de profundo dolor podemos reír la información que a nivel del inconsciente se registra cambia, algo así como: si nos reímos es porque no es tan grave y saldremos mejor parados de ese conflicto biológico. 

En la siguiente entrega Los conflictos biológicos no son conflictos emocionales, veremos la importancia de tener claros estos conceptos para poder aplicarlos a nuestra vida cotidiana.

Marcela Gallego Lopera
Psicóloga, Colg. G-05216
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Cita previa:  Móvil +34 625 90 63 80 / marcela@anamayapsicologia.com
 
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